La Batalla de San Félix se libró el 11 de abril
de 1817, en el marco de la Campaña de Guayana de la Guerra de Independencia de
Venezuela. Fue comandada por el General Manuel Piar, en la mesa de
Chirica, Provincia de Guayana, y duró solamente media hora, pero significó la
libertad para la Venezuela.
Manuel Piar, héroe olvidado de la Independencia,
obtuvo una victoria contundente, frente al General Miguel de La Torre del
ejército realista. Enfrentadas ambas tropas, lucharon enfurecida mente. Con
esta victoria, Venezuela no solamente obtuvo el territorio de Guayana,
sino el extenso camino del Orinoco. La Campaña de Guayana fue la más
trascendental del ciclo histórico de Venezuela.
Fue Piar y su Batalla, quien por primera vez, asentó
y fundamentó a la Patria, e hizo posible la organización de la República,
puesto que todo cuanto aconteció después, se engendró en San Félix.
La liberación de Guayana sirvió, además, para que
empresarios y terratenientes aportaran donativos al Ejército Libertador, que
para ese momento ya sufría una crisis por la falta de recursos económicos.
El control sobre el comercio a través del río
Orinoco con países de las Antillas aseguró también recursos para la compra de
armas y municiones, cambiando el equilibrio de fuerzas entre los patriotas y
los realistas.
También se aseguró la provisión continua de reses,
caballos y equipos de montura, así como los alimentos requeridos para la
manutención diaria de miles de hombres que a partir de ese momento iniciarían
una serie de batallas para liberar todo el oriente y centro de Venezuela y, más
tarde, se movilizarían a Nueva Granada para continuar la guerra de
independencia.
Por esta razón, la Batalla de San Félix es
considerada por muchos historiadores como de una importancia similar a la
Batalla de Carabobo y otras grandes fechas de la gesta libertadora.