El Día Mundial contra la
Contaminación Acústica se creó con la finalidad de
concienciar a las personas acerca de un tipo de contaminación que pocas
personas asumen como tal, pero que tiene potenciales consecuencias
negativas para la salud, con el paso del tiempo.
El
exceso de ruido o sonido es lo que se conoce como contaminación acústica.
No se acumula ni se transmite, sin embargo, puede producir muchos problemas en
la calidad de vida de las personas.
Este
tipo de contaminación está relacionado con el ruido de la vida cotidiana, o al
menos con las actividades que los producen como el tráfico, los locales y las
aglomeraciones de gente, por ejemplo.
Las
colas son habituales en muchas ciudades del mundo. El ruido proveniente de
estas congestiones, suele ser la principal fuente de contaminación sónica en
los espacios urbanos, por lo que algunos estudios científicos se han dedicado a
estudiar el tema, intentando revelar de qué manera este exceso de ruido puede
perjudicar la salud y la calidad de vida.
Una
investigación realizada en Suecia a finales de 2010 vinculó a la contaminación
sonora con la posibilidad de aumentar el riesgo de sufrir hipertensión
arterial.
El
estudio que contó con una muestra de 24.283 personas reveló que quienes viven
en zonas ruidosas con tráfico intenso, tienen una presión sanguínea más alta
que quienes habitan espacios más silenciosos.
Estar
expuesto continuamente a sonidos de más de 60 decibeles es un factor de riesgo
para sufrir eventos cardiovasculares, sobre todo en personas jóvenes y en
adultos de mediana edad.
Un
informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó a la
contaminación acústica como la segunda amenaza ambiental, después de la
polución.
Según
cifras del ente de salud, 1,8% de los ataques al corazón en los países europeos
son responsabilidad del ruido del tráfico.
Las
estimaciones en años de vida perdidos a causa de las muertes prematuras y de
vida saludable por las enfermedades provocadas, calculan que se pierden 61.000
años por problemas en el corazón y 45.000 años por daño cognitivo en niños en
Europa.
Además,
estar sometido a este tipo de sonidos por un largo período puede lesionar las
estructuras sensibles del oído y en algunos casos provocar problemas auditivos.
Evitar
en lo posible pasar mucho tiempo a diario en las congestiones vehiculares, no
usar el vehículo cuando sea más conveniente caminar, así como procurar
ambientes relajados y silenciosos para conciliar el sueño, son algunas recomendaciones
para no afectar la salud a raíz de los ruidos urbanos.