El
10 de mayo de 1795 José Leonardo Chirino acaudilló con los negros de Coro un
movimiento que ha sido considerado como génesis de la Independencia americana.
La
insurrección se originó a raíz de un baile en Macanillas en el Valle de
Curimagua, de donde era nativo Chirino. De aquí pasaron a la de El Socorro,
donde asesinaron a algunas personas influidas por el licor. Después irían a
tomar Coro, cuyos vecinos ya estaban preparando la defensa, de modo que los
insurrectos fueron vencidos fácilmente.
Habiendo
fracasado en el intento, Chirino trata de reorganizarse. Escribe al cacique y a
los indios de Pecaya, pidiéndoles incorporación a la lucha y prometiéndoles que
no pagarían demora, esto es, un tributo especial de los indígenas y que ahora
se les cobraba en dinero efectivo. Sin embargo, la suerte estaba echada. La
persecución que desató el Teniente de Justicia Ramírez Valderrain tuvo todas
las características de una cacería humana. Chirino fue apresado, condenado a
muerte, trasladado a Caracas, donde fue ejecutado el 10 de diciembre de 1796.
Este
movimiento, de hondas raíces sociales, llamó la atención de las autoridades
coloniales sobre las diferencias existentes y las injusticias, particularmente
en lo tocante al cobro de impuestos a las clases humildes. Aunque fracasó, no
fue estéril, porque a la postre se redujeron los impuestos y se cobraron con
sentido más humano. Además esta insurrección es considerada por los
historiadores como el primer movimiento preindependentista de Venezuela, que
abrió el paso para los movimientos de José María España y Manuel Gual,
Francisco de Miranda y hasta para el de El Libertador Simón Bolívar.
El
movimiento encabezado por Chirino y José Caridad González, fue una insurrección
que impactó política, social y económicamente a la sociedad colonial
venezolana. Con el objeto de cumplirse en 1995, 200 años de la rebelión
liderada por Chirino, el Ejecutivo Nacional, el Congreso de la República y
diversas instituciones culturales del país, acordaron homenajear al luchador
social. Entre los actos conmemorativos, se develó una placa en el Panteón
Nacional, el 10 de mayo de 1995, con lo cual quedó reconocida oficialmente su
presencia al lado de los otros próceres venezolanos.
Fuentes:
http://www.efemeridesvenezolanas.com