Murió
de forma trágica, el 29 de junio de 1919, cuando golpeado por un automóvil, cae
al suelo y se golpea la cabeza con el borde de la acera, en la esquina de
Amadores, La Pastora, Caracas - Venezuela.
Era
domingo a mediodía, José Gregorio salía de la farmacia y al bajar la acera,
cerca de la esquina de Amadores, atinó sólo a ver que atravesaba un tranvía,
pero no pudo ver un vehículo que venía detrás y lo arrolló, provocándole
fractura del cráneo, por lo que murió instantáneamente.
Dada
su condición solidaria, después de su muerte se le asoció a todo tipo de
milagros médicos y actualmente es considerado “Venerable” por la iglesia
católica. En Venezuela se está esperando que avance el proceso para su beatificación.
Sus
restos reposan en el templo de la Parroquia La Candelaria de la Ciudad Capital,
después de estar por mucho tiempo en el cementerio general del Sur.
Según
testimonios y reseñas de la época, la noticia de la muerte de José Gregorio
Hernández, el 29 de junio de 1919, corrió como fuego por toda Caracas. Al caer
la tarde, los alrededores de la casa de la familia Hernández estaban colmados
de una multitud de dolientes.
El
lunes 30 de junio, sin que nadie lo hubiese decretado, comercios, teatros,
oficinas públicas y privadas cerraron por 24 horas en señal de duelo.
Por
sus acciones y su ejemplo de conducta cristiana, los católicos venezolanos
veneran a Hernández, pidiéndole favores y atribuyéndole milagros, hecho por el
cual la Iglesia católica venezolana inicia en el año 1949 el proceso de
beatificación y canonización, conducido por el arzobispo de Caracas, monseñor
Lucas Guillermo Castillo ante el Vaticano. Luego de iniciar el proceso, y
completados los primeros casos, el Dr. José Gregorio Hernández es nombrado
“venerable” por el papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986 y se inicia el
próximo paso, que lo llevaría a la beatificación. De completarse el proceso, se
convertiría en el primer santo de procedencia venezolana
Fuente: vtv.gob.ve;
es.wikipedia.org.