El 28 de diciembre, se celebra la festividad de los
Santos Inocentes, recordando la matanza de todos los niños menores de dos años,
decretada por Herodes, según la Biblia.
Hay una vieja tradición
que permite hacer bromas y engaños inofensivos a nuestros semejantes. Existe la
costumbre en este día de intercambiar, entre amigos y conocidos, bromas que no
causa perjuicio, y que se denomina ‘‘bromas inocentes’’.
Una de las bromas
típicas de este día, es la de pedir algo prestado. Al ‘‘inocente’’ que cayó en
la trampa se le entrega un papelito que dice: ‘‘Herodes mandó a Pilatos, Pilatos
mandó a su gente, el que presta en este día pasará por inocente’’.
Lo normal, para que no
se convierta en broma de mal gusto, es devolver lo pedido. Pero las bromas del
Día de los inocentes a veces pueden ser crueles, y nunca debería hacerse objeto
de ellos a un niño, porque ellos son lo mejor de este mundo y no se lo merecen.