La Batalla
de Carabobo, librada un 24 de Julio de 1821, fue la culminación de un sabio
plan ideado por nuestro Libertador, que iría a echar por tierra las
pretensiones de las fuerzas españolas de continuar disputándonos nuestro suelo,
nuestra nacionalidad y nuestra condición de pueblo libre. Con la hazaña de
Carabobo el ejército venezolano y los oficiales que en ella intervinieron, se
elevaron heroicamente y para la posteridad, como figuras gigantes ante la
Historia.
El plan
ideado por Bolívar, conocido como Campaña de Carabobo, cubrió casi todo el
territorio patrio, y en él participaron todos los altos jefes militares
presentes en ese momento en el país. El Libertador había impartido órdenes a
Soublette y Bermúdez, en Oriente; a Urdaneta y Carrillo en Occidente y a Páez
en los Llanos, para realizar movimientos, ocupar posiciones e impedir la
concentración total del ejército realista en el centro del país, donde
supuestamente, se realizaría el combate final.
Plaza había
desbaratado una avanzada realista, batiendo al enemigo y ocupando a Caracas; y
aunque después esta ciudad fue retomada por los realistas, el efecto del
movimiento había resultado positivo. Por su parte, Urdaneta y Carrillo
dominaban las posiciones del Occidente, y Páez, desde el Apure venía a unírsele
a Bolívar con hombres, caballos y ganado.
Ocupado San
Carlos por el Libertador y ya incorporadas las fuerzas de Páez y las de
Urdaneta, quien se había quedado enfermo en Barquisimeto, Bolívar trazó su plan
de batalla. Se organizó el ejército en tres divisiones, al mando de Páez,
Cedeño y Plaza. El Jefe del Estado Mayor era Santiago Mariño- entre los otros
oficiales figuraban: Tomás Farriar, Bartolomé Salom, Pedro Camejo, Diego Ibarra,
Daniel O´Leary, Nicolás Arrias, Juan Uslar, José Laurencio Silva, Rafael Heras
y otros. El día 23 pasa revista Bolívar a su ejército, compuesto por un poco
más de 6.000 hombres, impartiendo a sus oficiales las últimas instrucciones,
para el combate del siguiente día. El ejército realista lo formaban 5.000
soldados, pero con la ventaja de haberse alineado en las mejores posiciones del
campo y con suficientes piezas de artillerías que cerraban la entrada de los
nuestros a la llanura. Dos caminos conducían a la planicie, pero utilizar
cualquiera de ellos, significaba el sacrificio de gran número de hombres.
Bolívar,
desde el alto de Buenavista, observó todo el panorama y ordenó a Páez flanquear
al enemigo por la derecha, utilizando un estrecho sendero por donde sólo
pasarían de uno en uno. Bajo una descarga continua el Batallón Apure logró
llegar a la planicie y cambiar fuego en desventajas con tres batallones
realistas. El momento era difícil, pero en auxilio de los nuestros llegaban la
Legión Británica, al mando de Farriar, de la misma división, y rodilla en
tierra resistió el intenso fuego del enemigo. Ello dio tiempo para que el resto
del Batallón Apure se repusiera, y junto con dos compañías de Tiradores, que
también habían entrado al campo, arremetieran con tanto ímpetu sobre los
contrarios, que la batalla se decidió en menos de una hora.
Batallones enteros
fueron hechos prisioneros. La Torre y su segundo Morales, huyeron hacia Puerto
Cabello y el Batallón Valencey se retiró noblemente hacia Valencia. Sólo 200
hombres, entre muertos y heridos, sufrió el ejército patriota. Entre los
muertos figuraron: Cedeño, Plaza, Negro Primero, Farriar y otros oficiales.
Bolívar reconoció la hazaña llevada a cabo por sus soldados y elevó a Páez al
grado de General en Jefe.
Esta campaña
de Carabobo y la victoria final lograda con decisión y valentía, marcó el
término de la dominación española en nuestro país, culminando, después de
tantos años de sangrientas luchas, la hazaña libertaria que tuvo su comienzo un
19 de Abril de 1810, y cuya consecuencia iría a traducirse en un pueblo libre y
soberano.