La Nochevieja, víspera de Año Nuevo, Año Viejo o fin de año, es la última noche del año en el calendario
gregoriano, comprendiendo desde 31 de diciembre hasta el 1
de enero (Año Nuevo).
Desde que se cambió al calendario gregoriano en el año 1582, se suele celebrar esta festividad, aunque ha ido
evolucionando en sus costumbres y supersticiones.
En Venezuela La llegada de "las 12" o el año
nuevo, principalmente en el centro del país, es llamada también "El
Cañonazo" dado que antiguamente la llegada del 1 de enero era anunciada
por el sonido de uno de los cañones del cuartel San Carlos, sonido que invadía
la antigua Caracas anunciando a sus ciudadanos la llegada de un nuevo año.
Algunas personas suelen hacer un muñeco con trapos viejos,
pólvora y gasolina (representando el año que concluye) que lo encienden a las
12 de la medianoche en lo que se llama la quema
del Año viejo. Con ello se
pretenden borrar los malos recuerdos dejados por el año viejo para recibir con
alegría el año nuevo.
Es tradición comer las doce uvas. Igualmente, se conserva
la tradición de usar prendas a estrenar con ropa interior de color amarillo
para atraer la buena suerte, un dinero en la mano para la abundancia y también
salir a la puerta de la casa o pasear por la urbanización con una maleta para
augurar buenos viajes en el año nuevo. Todo esto, durante las doce campanadas
que se suelen escuchar por radio o en las iglesias y justo antes de El cañonazo y el himno
nacional. Al igual, se oyen las típicas canciones "El Año Viejo" de Crescencio Salcedo y popularizado por Tony Camargo, "Faltan cinco pa'
las Doce" de Néstor Zavarce y "Año Nuevo" por la banda
venezolana Billo's Caracas Boys,
acompañadas por el poema de Andrés
Eloy Blanco "Las Uvas del
Tiempo". Todas en la popular Radio
Rumbos segundos antes de las
campanadas y los fuegos artificiales. Un brindis con champaña no puede faltar y
algunos, con un anillo de oro dentro de la copa. También está la cena familiar
en una mesa abundante de alimentos, las conocidas hallacas, ensalada de gallina, entre
otras, así como salir a desear el "feliz año" a los amigos y vecinos,
y entre los más jóvenes, luego de los rituales familiares, salir a bailar en
discotecas.