De los 34 millones de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en el mundo y necesitan acceso a la terapia antirretrovírica (ARV), solo ocho millones cuentan con el tratamiento que les permite vivir de manera productiva e independientemente, según el reporte más reciente de ONUSIDA.
Pero hay un 20% que vive con VIH, necesita el tratamiento antrirretrovírico y no cuenta con él. Del resto de los casos no hay cifras disponibles.
Esta terapia forma parte de una estrategiag lobal liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha reducido la mortalidad y el riesgo de transmisión durante la última década al dar “mayor visibilidad, inversiones y programas de prevención y acceso a tratamientos”, explica Laura Craggs, de la Unidad de Programas de Avert, una organización que apoya a personas con VIH/sida en todo el mundo.
El tratamientos antirretroviral consiste en la combinación de dos o tres fármacos que reducen la cantidad del VIH en la sangre e impiden que el virus ataque al sistema inmunitario, lo cual abriría la puerta del organismo a enfermedades oportunistas como la tuberculosis. El medicamento no solamente detiene el progreso de la enfermedad, sino que también ayuda a prevenir la transmisión del virus, según la OMS.
Desde 2001, 25 países han registrado una caída del 50% o más en nuevas infecciones, y el año pasado la cifra de muertes por esta enfermedad bajó 24% respecto a 2005, de acuerdo con ONUSIDA.
Pero no en todos lados pueden aplicarse las medidas adecuadas. La realidad de cada región varía según las condiciones sociales, las políticas gubernamentales de salud y la inversión.
América Latina
América Latina experimenta un "progreso lento, pero positivo" en materia de lucha contra el sida, indicó el director de la oficina de ONUSIDA para América Latina, César Núñez. Hay menos casos nuevos de transmisión de VIH y menos muertes. Alrededor de 83.000 personas contrajeron el VIH en 2011, comparado con 93.000 en 2001. Murieron por causas relacionadas con el sida 10% menos entre 2005 y 2011, desde 60.000 a 54.000.
Latinoamérica tiene una cobertura de la terapia antirretrovírica de 68%, superior a la media mundial, situada en 54%.
Destaca “el incremento en el número de personas con acceso al tratamiento, que en México supera el 85%, según recoge Censida”, dice Jorge Enrique Celaya, coordinador de ONUSIDA para Guatemala y México.
Entre los retos de la respuesta al VIH en este país están lograr la universalización de la prueba de detección del VIH y sífilis en mujeres embarazadas en todas las instituciones públicas de salud. El porcentaje de mujeres embarazadas que tienen acceso a estas pruebas no está disponible, y sólo el 43% de las embarazadas que viven con VIH reciben medicamentos antirretrovirales para reducir el riesgo de la transmisión maternoinfantil,
según el informe de la Ssa.
Europa Occidental y América del Norte
Esta región concentra 19 naciones desarrolladas con altos niveles de ingresos. Ahí, la prevalencia del VIH se concentra en los llamados grupos clave: los profesionales del sexo, HSH y consumidores de drogas inyectables.
La estigmatización de estos grupos obstaculiza la detección de y respuesta al VIH. “Hay que romper esta barrera y demandar a los gobiernos que se comprometan a instaurar programas de prevención entre grupos marginados, reformar las leyes que los discriminan” dice Jane Coombes, de la Unidad de Buenas Prácticas para el VIH de
International HIV/AIDS Alliance.
Un ejemplo es que en Estados Unidos uno de cada cinco HSH vive con VIH, y en Gran Bretaña casi la mitad de los nuevos casos de VIH en 2011 fueron detectados en esta población.
En Europa Occidental y América del Norte, se presenta un fenómeno que explica Laura Craggs: “En los llamados países de ingresos altos hay una necesidad de programas de sensibilización, ya que mucha gente cree que es una cosa del pasado o un problema de África”. Sin embargo, los casos de transmisión aumentaron. La prevalencia en la región europea es de 0,2% en promedio, como en México. En Estados Unidos es el 0,3% de la población, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
Europa del Este
En Europa del Este los menores índices de calidad de vida le dan una cara distinta al VIH. Los países como Rusia y Ucrania tiene peor acceso que muchos países de África subsahariana, según
Aids Action Europe. Según UNAIDS en Botswana, Namibia y Camboya más del 80% de los candidatos a la terapia antirretroviral la reciben. En contraste, En Rusia y Ucrania es menos del 40%.
“El acceso al tratamiento es un gran problema en Europa del Este”, explican Dorthe Raben y Jens Lundgren, coordinadores de HIV Europe. Los médicos lo atribuyen a “la falta de deseo político por construir una infraestructura que permita el acceso a los subgrupos más afectados, sobre todo aquellos que consumen drogas inyectadas”.
La región presenta un aumento tanto en muertes derivadas del VIH como de nuevos contagios. Entre los años 2001 y 2011, la cifra estimada de personas que vivían con el VIH en Europa oriental y Asia central aumentó de 970.000 a 1,4 millones. Entre 2005 y 2011 se ha producido en la región un aumento del 21% de las muertes por causas relacionadas con el sida.
África Subsahariana
África Subsahariana sigue siendo la región más afectada, debido principalmente al coito heterosexual sin condón con múltiples parejas y a la transmisión perinatal, según
ONUSIDA.
En 2011, el 92% de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH residían en esta región, al igual que el 90% de los niños que contrajeron el virus.
A pesar de que la financiación de programas de prevención sigue siendo mayormente extranjera, algunos gobiernos están destinando más fondos locales. Por ejemplo, Botswana, país pionero en la provisión de tratamientos antirretrovirales
, cuenta con una gran tasa de acceso a los mismos: más de 161,219 personas en 2010, lo que supone el 93% de la población que vivía con VIH, según un
informe de Avert.
Asia Pacífico
En Asia Pacífico, entre los puntos a mejorar se encuentran la concienciación de las medidas de prevención, especialmente entre los grupos con mayor riesgo de transmisión como los profesionales del sexo y sus clientes, según Avert.
A nivel global, “la financiación de programas con grupos clave ha aumentado”, pero la falta de involucración gubernamental “hace peligrar la sostenibilidad de dichos programas”, dice Coombes.
Medio Oriente y África Septentrional
Aunque el preservativo sigue siendo el método más eficaz para evitar el contagio, Craggs aboga por un “método de prevención combinado” de estrategias de conducta con biomedicina. “La forma de abordar la prevención se rige por comportamientos regionales. [Por ejemplo,] si consiguiéramos aumentar el número de circuncisiones masculinas voluntarias en África Septentrional, podríamos potencialmente evitar 1 de cada 5 nuevos contagios en la región en 2025.”
En la región la circuncisión no es tradicional, pero seis de cada 10 hombres en varios países de la región (Kenia, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania y Zimbabwe) dijeron que les gustaría ser circuncizados, según estudios realizados por ONUSIDA en la región.
Esta área presenta aumentos en números transmisión (35% desde 2001) y muertes (17% entre 2005 y 2011).
Las leyes y prácticas punitivas de la región son los mayores obstáculos de la respuesta al VIH. Países como Brunei, Omán, Sudán y Yemen prohíben la entrada a personas que viven con el VIH, según el
informe de ONUSIDA sobre la región. Además, la cobertura del tratamiento antirretrovírico sigue siendo baja, de alrededor de un 15%, frente al más de 50% global.
Por Lucía Burbano
Fuentes:
http://cnnespanol.cnn.com